Justicia

TRES NOTICIAS AFRICANAS CON FUTURO

 

 

SEMILLAS CAMPESINAS EN RESISTENCIA  

 

El 17 de abril se conmemora en todo el mundo como Día Internacional de las Luchas Campesinas. En 1996 hubo una gran masacre en Brasil contra las familias que ocuparon unas tierras porque no tenían dónde cultivar y vivir. La policía militar, por intereses del agronegocio, asesinó a 19 campesinas/os y desde entonces, La Vía Campesina declaró el 17 de abril como día mundial de las luchas campesinas.

Todos los años se organizan acciones que visibilizan las distintas luchas que se dan en los territorios. A la vez se busca generar un diálogo con la sociedad para llevar a cabo una gran alianza internacional por la soberanía de los pueblos y para construir un modelo de agricultura y sociedad que rescate la justicia y dignidad humana. Este pasado 17 de abril

Ha sido día de acción y movilización global en defensa de las semillas campesinas.

 

Las semillas tienen un lugar fundamental en la lucha por la Soberanía Alimentaria. De ellas depende, en cada ciclo de siembra, el alimento de los pueblos, cómo se cultiva y quién lo cultiva. Las semillas también transmiten la visión, los saberes, las prácticas y la cultura de las comunidades campesinas.

Desde hace 100 años las semillas han sido agredidas por capitales que buscan privatizarlas y estandarizarlas para favorecer una agricultura industrial. En los últimos años se ha intensificado este despojo a través de nuevas “Leyes de la multinacional Monsanto” que criminalizan a los campesinos por utilizar sus propias semillas y así obligarles a comprar las registradas o patentadas en la industria, que pueden ser semillas transgénicas.

Sin embargo, en África, Asia, Europa y las Américas, cada año crece y se fortalece la capacidad de movilización y lucha de los pueblos organizados en contra de la agroindustria que genera explotación y muerte, que acapara la tierra, envenena los alimentos y expulsa a las y los campesinos y pueblos indígenas de sus territorios. Aunque los medios convencionales nada dicen, en todos los continentes luchamos por nuestras semillas que nos permiten una agricultura sana, rica en diversidad así como enfrentar el cambio climático. En toda África las comunidades campesinas luchamos en contra de una nueva “revolución verde”, una campaña engañosa que quiere imponer esas semillas industriales y transgénicas. Este año en Dakar (Senegal) se ha celebrado la cuarta edición de la feria de semillas locales.

La defensa de las semillas campesinas es esencial para que la reforma agraria sea integral. El modelo de agricultura que defendemos está basado en la producción agroecológica. Las semillas campesinas son un patrimonio de los pueblos en la afirmación de la Soberanía Alimentaria. Son parte de los bienes comunes como la tierra, el agua y los minerales que deben permanecer en manos de los pueblos.                   fuente : viacampesina.org

 

MALI: UN PROGRAMA DE RADIO PARA LA RECONCILIACIÓN

 

La Misión de la Unión Africana para Mali y el Sahel se ha implicado directamente en la salida a antena de un programa radiofónico enfocado a la paz y la reconciliación nacional. El espacio, emitido por Radio Kledu, se llama Anka Ben, es decir “Hagamos las paces” en idioma Bambara, la lengua local más hablada en Mali.

La difusión pretende convertirse en una plataforma en la que se puedan producir debates e intercambios de ideas entre los malienses, principalmente en los jóvenes.

El objetivo principal es mostrar que los problemas que atañen a la reconciliación conciernen a todos, más allá de la esfera de la política. Mientras tanto, desplazados que huyeron de la inseguridad del norte van retornando a sus hogares a medida que se va restituyendo la seguridad, según el último informe de la Organización Internacional de Migraciones.

Se estima que en Mali hay todavía 137.000 desplazados, un 31% menos que en febrero. El número total de los repatriados en las zonas del norte ha aumentado hasta 284.000 personas. La capital, Bamako, es la región que acoge a un número mayor de desplazados: 40.727.

                                                                                            Fuente Mundonegro.com

 

SENEGAL: CAMPESINOS Y PASTORES EN PIE DE LUCHA

PARA DEFENDER SUS TIERRAS                          

 

Un grupo de campesinos y pastores del noroeste de Senegal ha estado viajando por Europa para exigir que se cancele un negocio de tierras que amenaza la vida y los modos de subsistencia de 37 comunidades, unas 9 mil personas. Un oscuro conglomerado internacional, Senhuile SA, consiguió 20 mil hectáreas de tierra en la Reserva Ndiaël, tierras que los pastores y agricultores han utilizado por décadas. Los pobladores exigen que el proyecto se detenga por completo, argumentando que les impide el acceso a terrenos de pastoreo, al agua, al alimento y a la leña, lo que los forzará a abandonar sus hogares y su territorio.

En el mes de marzo, los pastores y otros representantes han visitado varios países para movilizar a los ciudadanos europeos a que hagan una petición a Tampieri, el accionista mayoritario de Senhuile, para que cierre el proyecto. Las numerosas protestas de las comunidades y los intentos de negociación con la empresa no dieron resultados satisfactorios.

Ardo Sow, vocero del Colectivo para la Defensa de la reserva de Ndiaël, que agrupa a las comunidades que resisten el proyecto Senhuile, afirma: “El desdén hacia las comunidades locales es demasiado obvio. Únicamente se realizó un estudio de impacto ambiental varios meses después de emprendido el proyecto y nunca se puso a disposición del público. Es más, el mapa producido por los técnicos estatales antes de que comenzara el proyecto identificaba la existencia de sólo 6 de las 40 comunidades y refugios que utilizan la tierra que iba a ser rentada a Senhuile”.

Se suponía que el proyecto tenía como fin la producción de girasol para Europa, de cacahuete para el mercado local y de alimento para el ganado. Las intenciones reales de Senhuile, en lo que atañe a los cultivos y al uso de las tierras, siguen siendo opacas.

El Colectivo Ndiaël, apoyado por ocho organizaciones internacionales, respalda la petición de que la multinacional se retire por completo del proyecto y se reintegre la tierra a la gente. “Los campesinos y los pastores locales necesitan ser reconocidos y respaldados para que desarrollen sus propios sistemas alimentarios de pequeña escala”.

                                                                                                       fuente Grain.org

 

“NUESTRAS SEMILLAS Y CONOCIMIENTOS SON ESENCIALES PARA NUESTRA SUPERVIVENCIA”

La diversidad de las semillas que han ido creando los campesinos durante siglos se encuentran en peligro de desaparición, y las semillas que quedan están cada vez más bajo la amenaza de las grandes corporaciones internacionales, la mayoría de ellas pertenecientes al sector agroquímico. En África convergen distintas fuerzas que acaparan las semillas de los campesinos, merman su diversidad y restan valor a las prácticas y conocimientos asociados con ellas.


En Zimbabwe se reunieron campesinos y campesinas africanas, del 12 al 14 de noviembre 2013, para debatir e intercambiar información sobre los valores inherentes a sus semillas tradicionales africanas por los que creen que deben ser defendidas. Son ya varios los participantes que han puesto de relieve el hecho de que sus conocimientos, sus prácticas y sus semillas no son obsoletas  ni retrógradas.  Comenta un campesino:  “Un campesino es un científico. La cantidad y la calidad de conocimientos que hemos ido recabando y poniendo en práctica desde hace siglos son los idóneos y tienen una gran utilidad”.


Desde la asociación GRAIN, han explicado que nos enfrentamos a la propaganda ideológica y estratégica promovida por muchos organismos de desarrollo, las empresas multinacionales y cada vez más gobiernos, para cambiar la mentalidad de los campesinos y convencerlos de que todos los elementos que conforman su existencia son retrógrados. “Han conseguido persuadir a muchos gobiernos de que la agricultura industrial es el camino a seguir y los han convencido para que aprobaran nuevas legislaciones en materia de semillas para aceptar su robo”.


Los campesinos han llegado a la conclusión de que sin sus semillas nativas no tienen autonomía y no podrán sobrevivir como tales. Cuando el poder empresarial obtenga el control de los sistemas locales de semillas, los campesinos africanos perderán su propia vida:  “Las semillas de los campesinos se reproducen con libertad, igual que la vida. No son mercancías con las que se pueda comerciar. Existen para dar vida. En cambio, las semillas industriales carecen de vida”.

Iniciativas como AGRA (Fundación Bill y Melinda Gates) y la Nueva Alianza del G8, entre otras, están intentando atraer a los agricultores a pequeña escala al modelo agroindustrial capitalista. Su visión para el futuro consiste en la industrialización de la agricultura campesina


Al final de este encuentro elaboraron la “DECLARACIÓN AFRICANA SOBRE SEMILLAS CAMPESINAS”: “Las semillas campesinas son patrimonio de todas las comunidades de campesinos y campesinas que las utilizamos para alimentar al mundo. Son la base misma de nuestra soberanía alimentaria... En nuestro continente se están intensificando los ataques contra los sistemas de semillas tradicionales y los derechos de los campesinos. Nos encontramos en un momento crucial en el que esta amenaza para nuestra autonomía adopta diversas formas. Como africanos, nos negamos a ser el nuevo juguete del agronegocio y rehusamos convertirnos en esclavos de las empresas a través de sus semillas. Se están imponiendo los transgénicos a campesinos y consumidores que ni los quieren ni los necesitan. Rechazamos también las semillas “suicidas” diseñadas genéticamente para ser estériles. Son inmorales, peligrosas y, además, destruyen nuestra capacidad para conservar las semillas tras la cosecha. En África, los campesinos constituyen alrededor del 80% de la población. Producimos la gran mayoría de los alimentos que germinan. Ya es hora de que se nos consulte a la hora de elaborar políticas que nos afectan directamente. Nos negamos a que nos excluyan. Nos hemos comprometido a dar voz a los productores a pequeña escala en estas cuestiones que nos atañen de forma directa. Reconocemos el papel protagonista de las mujeres en la conservación, la selección y el intercambio de semillas. Son ellas quienes velan por nuestros conocimientos tradicionales”.

       COMPRA DE TIERRAS EN SIERRA LEONA

 Hasta ahora, más del 20% de las tierras cultivables de Sierra Leona han sido arrendadas o están por ser adquiridas por grandes inversores extranjeros, en general contra la voluntad de los pobladores.

Al sudeste de Sierra Leona, distrito de Pujehun, el gobierno “ha cedido” 65 km2 al grupo belga Socfin para la plantación industrial de palmas, obligando a los pobladores a abandonar cultivos tradicionales de subsistencia, para favorecer productos industriales que suponen un gran negocio. Estos monocultivos industriales obligan a reducir tierras para la agricultura tradicional en beneficio del aceite de palma y agrocombustibles (biocombustibles), a cambio de casi nada para las poblaciones de origen.

A las personas que viven en el campo y del campo nadie les ha preguntado si están de acuerdo, sino que se ven obligados a ceder sus tierras por lo menos durante 50 años a esa empresa.

Las 24 comunidades afectadas por el proyecto fundaron la Asociación de Propietarios de Malen (MALOA) para defender sus derechos. Pero quien se defiende del robo de tierras resulta amenazado. En octubre fueron encarcelados cinco miembros de la Asociación acusados de haber arrancado palmas aceiteras de una plantación de Socfin.

El principal accionista de Socfin es el grupo francés Bolloré, actor clave del negocio, entre otros, de la palma aceitera, que está presente en muchos países africanos y es conocido, en Camerún por ejemplo, por sus prácticas abusivas.

                                                                                                            Fuente: salvalaselva.org

Construir una revolución de campesinos en África

Vía Campesina ha anunciado que su Secretariado Internacional pasara de Indonesia a Zimbabue. En su nuevo papel de secretaria general de Vía Campesina, Elisabeth Mpofu, miembro de la unión local de pequeños agricultores será la primera mujer a la cabeza de lo que es probablemente el movimiento más grande político del mundo.

Vía Campesina, movimiento internacional en favor de los pequeños agricultores  reúne a más de 200 millones de miembros en 79 países y reagrupa a todos los que se oponen a que la producción de alimentos en el mundo se reduzca a ser grandes negocios. Este movimiento internacional lleva la voz de los pequeños agricultores hasta los espacios internacionales en donde son cada vez más reconocidos ( por ejemplo, la FAO, Consejo de los Derechos del Hombre de las Naciones Unidas etc.). Durante la Sexta Conferencia Internacional de Vía Campesina que se celebró el pasado mes de Junio en Yakarta, el movimiento mostro lo conseguido en los últimos 20 años de su existencia y afirmo so compromiso a desarrollar su misión en África.

El reciente debate tenido alrededor de la ley nacional sobre la biotecnología  y la bioseguridad en Uganda y los organismos genéticamente modificados (Ogm) han sacado a la luz otras preguntas unidas al acceso a la alimentación en el país. A pesar de que la ley ha estado presentada en el Parlamento a principios de año, los agricultores y los pequeños agricultores ugandeses tienen aún razones para temer que el control sobre la tierra y los recursos del país se les escapen de las manos y sobre todo que no sean bien organizados.

La promoción loca de los Ogm y el control creciente de la agricultura por sociedades multinacionales no está de paro en Uganda. Es frecuente en toda África. Las patentes  de semillas, el acaparamiento de tierras y la rotura de  precios de productos alimenticios de base son la moneda corriente desde hace algunos decenios, lo que ha dado cuerpo a un sistema económico transnacional que favorece las ganancias en detrimento de las poblaciones rurales y de su derecho a un nivel de vida mínimo.

En África la cuestión es muy urgente. Con la introducción de las políticas agrarias neoliberales y de una producción orientada a la exportación, estos precios se han hundido. Los agricultores son incapaces de sobrevivir con sus tierras y deben hacer frente a los precios elevados de alimentos, al hambre, al acaparamiento de tierras y a los Ogm. La introducción de semillas híbridas ha sido feroz y ha obligado a los campesinos a comprar semillas que antes pasaban de generación en generación.

Todos estos factores tienen por resultado mayores beneficios en los mercados mundiales e impactos devastadores sobre los países del Sur, lo que contribuye a la crisis alimentaria. Estas políticas hacen que los campesinos estén en las manos de las fluctuaciones de los mercados internacionales en contra de la necesidad que tienen de políticas que  refuercen su capacidad de producir una lamentación de calidad y de venderla a precios justos y estables. Los gobiernos y los representantes de las grandes sociedades consideran a menudo a los campesinos como obstáculos al desarrollo internacional y no como actores claves para la alimentación y el enfriamiento del planeta.

África  es en su gran mayoría un continente de agricultores y agricultoras. En la mayoría de los países africanos, la mayoría de los habitantes vive en las comunidades rurales en donde la agricultura representa la mayor parte de los ingresos brutos. Estos agricultores son la columna vertebral de los movimientos de agricultores africanos que no están formados solo por pequeñas y medianas explotaciones agrícolas, sino también de pescadores y ganadores.

La mayor parte de los movimientos de agricultores africanos son sindicatos pequeños de organizaciones locales que se reúnen a niveles nacional y regional bajo la sombrilla  por ejemplo de “Fórum de Pequeños Agricultores del Este y Sur de  África” (reúne a treces países). Una de sus principales exigencias es que se les dé más respeto a las comunidades de agricultores cuyo objetivo es producir su propia alimentación.

En contra partida, las empresas de producción agrícola industrial, tanto que se ocupen de compañías de alta tecnología que producen semillas híbridas caras o  semillas Ogm peligrosas, o que sean industrias multinacionales de transformación, tienen por objetivo hacer beneficios exportando culturas comerciales más que de alimentar a la población. Vía Campesina afirma que estas políticas son responsables del hambre de 1.200 millones de personas en el mundo a pesar de la abundancia de productos producidos. Estas políticas no solo afectan a las comunidades rurales sino también a las comunidades urbanas empobrecidas, en donde las personas tienen más dificultad en organizarse y defender sus derechos.

Vía Campesina es el primer movimiento que ha definido en 1996 la “soberanía alimentaria” para marcar la diferencia con el término “seguridad alimentaria” que no tiene en cuenta más que de la disponibilidad de los alimentos y el acceso a ellos. Vía Campesina está cada vez más presente en África, con miembros de organizaciones que se extienden desde el África del Sur a Madagascar pasando por Senegal y numerosos otros países.

El hecho de que “Vía Campesina” se instale en Zimbabue es una noticia excelente  para los países africanos.” Ha exclamado  Elisabeth Mpofu.

Shifa Mwesigye et Salena Tramel

Traducido y editado para Fundación Sur Amparo Cuesta

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